🎂 Cumplimos un año de full remote. Hoy paramos para continuar

March 24, 2021

El 11 de Marzo de 2020 abrimos más de 125 oficinas nuevas repartidas por los diferentes hogares, y esas oficinas han ido creciendo y moviéndose por diferentes partes del planeta hasta llegar a  las actuales 145 y así seguimos cada uno en su propia oficina allí donde considera oportuno. No lo hicimos por imposición, lo hicimos voluntariamente, 3 días antes del confinamiento obligatorio del estado de alarma del 14 de marzo, lo hicimos porque quisimos, de la misma forma que ahora que podemos volver, seguimos eligiendo seguir separados.

Elegimos actuar responsablemente por todos aquellos que sufren las consecuencias de forma directa y no tienen la opción de elegir.  Elegimos porque tenemos la suerte de elegir, porque nuestro trabajo se puede hacer desde cualquier lugar con internet, y  porque tuvimos la fortuna de que nuestra actividad no se vio impactada, sino todo lo contrario, el eCommerce y la digitalización se catapultó y eso nos brindó la oportunidad de CRECER e incorporar 20 nuevos VIK@s a la familia.

Nos han pedido que minimicemos el contacto social desde que empezó la pandemia. Y nosotros decidimos reducir a cero nuestro contacto social profesional, no ir a la oficina, no tener reuniones presenciales y no ir a ningún tipo de evento, con el fin de que podamos aprovechar esa ventana social en nuestro tiempo libre con nuestros familiares y amigos, porque seguro tiene mucho más impacto en el bienestar de cada uno de nosotros.

Quizás la opción más lógica para muchos hubiese sido la opción de retorno voluntario a la oficina, pero esto va mucho más allá de las preferencias individuales, nosotros que podemos debemos permanecer en nuestras casas trabajando, y ser consecuentes con nuestro privilegio.

Ayer hicimos un año sin vernos y para una compañía donde entre nuestros valores se encuentra que “nos tomamos en serio pasarlo bien” está siendo duro. La oficina era un lugar vertebrador de relación, lugar donde se construyen vínculos permanentes de amistad y de compañerismo que es, sin lugar a dudas, un pilar fundamental de VIKO. Había que adaptarse y lo hicimos, a pesar de que perdimos todo lo que nos daba la presencialidad, hemos ganado y aprendido muchas en otras cosas porque  la distancia nos ha hecho romper fronteras físicas y estar más cerca los unos de los otros, sin importar la oficina o equipo al que perteneciéramos.

  • Aprendimos que podemos hablar cuando queramos con quien queramos, yo personalmente nunca con tantas personas diferentes del equipo he hablado de forma personal y he podido recoger feedback de decenas de personas.
  • Aprendimos a comunicarnos más y mejor, si siempre es importante, estando en remoto, es imprescindible no parar de comunicarnos y ser más transparentes que nunca.
  • Aprendimos a hacer en remoto dinámicas de team building implicando a todo el equipo de España y México como un único equipo: trivias, formaciones lúdicas de todo tipo de cosas, hackathons, escape rooms, etc
  • Aprendimos a hacer el onboarding de una nueva incorporación en remoto, todo un reto.
  • Aprendimos que la mayoría de los viajes de empresa no son necesarios, y yo personalmente cuando lo pienso, me digo a mi mismo “yo estaba medio loco”, volaba un día para una reunión de media hora o volar un 22 de Diciembre a México para volver 24h después.
  • Aprendimos que da igual dónde esté el talento, nosotros sabemos cómo sacarle partido, y que sin el tiempo de desplazarnos al trabajo, podemos disponer de nuestro ocio con mayor libertad.
  • Aprendimos a apoyarnos los unos a los otros más que nunca, a siempre estar disponibles para un consejo, o para escuchar cuando fuese necesario, sabiendo que más allá de compañeros de trabajo somos personas, que ahora más que nunca podemos tener necesidades emocionales generadas o acrecentadas por el trabajo, tejiendo una especie de “red virtual de apoyo” que es un activo que nos quedará para siempre.

Pero no todo lo que aprendimos iba a ser positivo y encontramos otras muchas debilidades del teletrabajo.

  • Aprendimos que formar a personas en remoto es más complicado y más lento, y esto a nosotros, que crear talento es uno de nuestros valores fundamentales, nos preocupa mucho.
  • Aprendimos que la comunicación informal de pasillo, de cocina o las cañas al salir del trabajo aportan, y aportan mucho, en ese vínculo entre personas y en la creación del sentimiento de pertenencia a un colectivo.
  • Aprendimos que la falta de esa convivencia diaria y continua, provoca sentimiento de aislamiento y soledad, porque como buenos animales sociales, el contacto humano sigue resultando fundamental y para muchos el trabajo es el principal vehículo de socialización.
  • Aprendimos también que mantener la relación entre equipos que no trabajan juntos diariamente es muy complicado, especialmente para nosotros, que hacemos un ejercicio de funambulismo en que el equipo es solo uno, el equipo VIKO y tenemos 6 compañías debajo, con servicios, clientes y equipo totalmente independientes.
Lo importante es que, aunque separados físicamente pero más unidos, porque la adversidad une, y VIKO se ha fortalecido, con más compañerismo, con más equipo.

Ayer hicimos un año “full remote”, y hoy paramos para continuar y reflexionar, y seguir avanzando en este sentido. Todavía no sabemos cómo será el  VIKO post covid, pero estoy seguro que gracias a todo esto será mejor, hemos aprendido mucho y sin duda esta crisis nos ha hecho mejores.  Gracias a todas las personas que hacéis viko, clientes, colaboradores…pero especialmente a nuestro equipo.

Gracias por el esfuerzo, por el compromiso, por la profesionalidad, por la actitud de superación, pero sobre todo muchas gracias por hacer que esta situación lejos de debilitarnos haya hecho que esta sea más que nunca “nuestra casa” de la que sentirnos orgullosos
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